La persistencia de las aves
El Parque de La Libertad, ubicado en pleno centro histórico de la ciudad de Matanzas, muestra desde hace algunos meses una apariencia entre lo patrimonial y lo moderno, luego de las acciones realizadas como parte del plan de reanimación por los 325 años de la Atenas de Cuba.
Quienes llegan a la también conocida como segunda plaza de armas encuentran un lugar mucho más acogedor donde pueden sentarse con comodidad sobre bancos nuevos para acceder a la conexión Wi-fi, caminar sobre la imitación de losas berroqueñas y observar el enrejado de antaño, rescatado para proteger la jardinería.
El conjunto escultórico de José Martí recientemente restaurado no falta en la foto de los recién casados que recorren el parque, mientras la fuente de Leda y el cisne, vuelve a ocupar su antiguo espacio y llama la atención de los curiosos.
Sin embargo la nueva imagen y tranquilidad parece que durarán poco. Las aves que usan los árboles del parque al amanecer y al atardecer como sitios de dormidero, se mantienen allí generando abundantes deyecciones que caen sobre bancos, pobladores, vehículos que se parquean en las vías cercanas y el suelo.
En 2016 este semanario publicó el trabajo periodístico Cuando cae la tarde y llegan las aves sobre la necesidad de poner fin con urgencia a la situación higiénico sanitaria originado en el céntrico parque por la creciente acumulación de excrementos, que impedía el normal disfrute del área.
Hoy la situación es bien compleja pues tras las labores de reanimación, que comprendieron algunas acciones de manejo de especie, las aves vuelven a contaminar poco a poco el patrimonio rescatado y además, se dispersaron hacia otros parques del resto del centro histórico donde no se reportaba su presencia.
¡PÁJAROS!
Miles de pájaros de la especie conocida como chichinguaco (Quiscalus Niger) y el totí, (Dives Atroviolaceus), especie endémica y muy común de Cuba, al parecer no quieren abandonar el lugar que durante años han ocupado sus antecesores.
Quiscalus Niger
Dives Atroviolaceus
Humberto Acosta Bacallao, uno de los encargados de limpieza del Parque de La Libertad hace alrededor de 16 años, comenta que ahora todo luce más limpio por la remodelación, pero todavía tienen que lidiar con el mismo fenómeno.
“Los pájaros continúan con sus excretas, ya a las cinco y media de la tarde aquí están esos animalitos. Después cuando comenzamos a trabajar a las 7 de la mañana nos encontramos algunos bancos y el suelo salpicado de excremento. Pasamos trabajo para limpiar, hay que dar un puño fuerte para se vean más o menos limpios, porque las manchas blancas no se caen, también hay que pasarle el machete a los muritos todos los días.
“Es cierto que ahora hay menos que antes luego de la poda, pero a fin de cuentas se trasladaron para el área de la Catedral porque no caben aquí”, refiere el barrendero.
El grupo de aves se divide y llega al Parque de la Catedral con una serie de cantos o vocalizaciones, como si hubiesen tomado por asalto ese sitio. La bandada genera molestias en este lugar, mucho más reducido y con un fuerte trasiego y movimiento de personas al encontrarse una parada de ómnibus.
Kirenia Leiva Segura, espera la guagua local todas las tardes en esa parada, y manifiesta que debe renunciar al descanso en el banco y moverse constantemente para evitar estar en contacto con la fetidez y que ensucien su ropa.
Por su parte, Bárbara Quintana Cabrera dice que no solo los pájaros afectan a los transeúntes sino también la ausencia de áreas de sombra, “han acabado con todas los arbustos del parque y los pájaros siguen ahí”.
¿QUÉ SUCEDE CON LAS AVES?
Al crearse la Oficina del Conservador de la Ciudad de Matanzas (OCCM) en enero de 2016, el Gobierno Provincial solicita una propuesta de solución y se conforma un equipo interdisciplinario integrado por especialistas del Citma, Servicios Comunales, Sanidad Vegetal, Servicio Estatal Forestal, Universidad de Matanzas y el Consejo Científico Veterinario Provincial.
Según Ivis Villasuso Socarrás, especialista ambiental de la OCCM, el documento Líneas preliminares de trabajo para la situación generada en el parque de La Libertad, de la ciudad de Matanzas, recoge el diagnóstico de la situación del parque y la propuesta de acciones de manejo de especies.
“El estudio minucioso arrojó desde el punto de vista higiénico sanitario que asientos, aceras y el pavimento en general se encontraban obstruidos por las excretas y esto constituye una amenaza para la salud humana, dado que producen un alto contenido de ácido y toxicidad que contamina el ambiente.
“Además se realizó un levantamiento planta a planta, de su estado fitosanitario, y se determinó que todas debido a una u otra razón estaban afectadas, predominaban sobre todo los hongos y el comején en los Ocujes”, detalla la master en Ciencias.
La investigación realizada formuló una serie de acciones para alejar a las aves hacia la periferia de la ciudad mediante la combinación de luces dirigidas combinadas con la poda, siempre bajo la premisa de no emplear violencia de ninguna clase contra las criaturas, pues iría en contra de los principios ecológicos y ambientalistas.
Durante la intervención del parque, según el criterio de los expertos que participaron en la elaboración del material no se tuvo en consideración parte de las indicaciones ofrecidas en el documento, por ejemplo, se efectuó el corte excesivo de la planta en lugar de la poda de saneamiento desde el punto de vista de disminución del ancho de la copa.
La bióloga Nelvis Gómez Campos explica que “si emites las luces a una copa ancha creas un efecto de sombra que es un hábitat propicio para las aves, lo que se quería era una poda que fuera lo más estrecha posible el árbol, sin dañar la altura para garantizar la efectividad de las luces”.
Por otra parte, Enrique Soto Ramírez, ornitólogo y miembro del equipo creador de la propuesta, precisa que estos métodos son más efectivos en la época de reproducción de los ejemplares (marzo-julio) porque se quedan en las zonas de forrajeo y hay que aplicarlos de manera conjunta porque al regresar pueden ir adaptándose en cierta medida a estas condiciones.
Lamentablemente por la premura ante el advenimiento del aniversario de la ciudad y la escasez de recursos no se pudo acometer de esta forma, que al decir de los investigadores hubiera sido menos lacerante.
LUCES, PODA… ¿LA SOLUCIÓN?
Actualmente el equipo de especialistas emplea luces especiales instaladas en un árbol, tomado como muestra, y aplica el método científico de observación para llegar a conclusiones.
Hasta ahora, al decir de los expertos, no ha funcionado por la posición de las luces y existen un total de 16 bancos afectados por las deyecciones, sobre todo ocho con mayores problemas, estos son los ubicados debajo del follaje.
“Las aves tienen un sistema nervioso muy desarrollado, pueden ver con facilidad objetos en movimiento y al ser diurnas se ocultan en el follaje, prefieren la oscuridad para dormir y sienten molestias cuando se proyecta la luz sobre ellas.
“Entonces, queremos dirigir esa iluminación lo más intensa posible a las áreas de frondosidad que se encuentran encima de estos bancos, y así estaríamos provocando que se desplazaran. No pretendemos que se vayan del parque, solo los estamos replegando un poco a que se muevan unos metros hacia la oscuridad y arrojen sobre el césped esas deyecciones”, expresó Soto Ramírez.
Desde la teoría y la práctica se ha demostrado que esta combinación de métodos ha funcionado en parques de La Habana, Cienfuegos y Las Tunas, donde existía el mismo problema. Pero “cada caso es una cuestión particular, no sabemos si el nivel de intensidad que logremos en árboles tan altos sea suficiente”.
Más allá de las dificultades presentadas por el camino y los cuestionamientos de quienes pasan por el lugar y ven las aves nuevamente, los investigadores se muestran con esperanzas y afirman que una vez que de resultado iniciarán la réplica en el resto del entorno y luego frente a La Catedral.
“Hay otras técnicas de ahuyentamiento pero son costosas y menos efectivas, como por ejemplo, el sonido de un murciélago. Cuando una especie más evolucionada está bajo estrés emite cierto sonido, y los demás se alejan porque perciben el peligro. Pero tendría que reiterarse continuamente el sonido y pierde el significado, las aves se adaptan”, agrega el biólogo.
Ante este contexto urge una mayor integración del personal que ejecuta las acciones de manejo, los decisores y equipos profesionales encargados de orientar metodológicamente, para así cumplir con las exigencias técnicas que se proponen en los estudios realizados. Además las acciones deben efectuarse de forma consecutiva y sostenida partiendo del hecho de que cuando ocurre un evento como este es resultado de la destrucción de los hábitats naturales.
Por tanto los pasos no deben estar solamente encaminados a la solución del problema creado por las aves, debe ir más allá en función de cumplir con la Política Ambiental Cubana, que aboga por la creación de áreas verdes en la ciudad y la reforestación de las fajas hidrorreguladoras de los ríos San Juan y Yumurí para lograr la adaptación de estas especies.








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