Honrar el altar donde reposa la historia
Sin pensarlo dos veces el joven restaurador Miguel Ojito Fariñas lo define como el Altar de la Patria, porque allí en la capilla del Cementerio de San Carlos Borromeo de la ciudad de Matanzas reposan por más de un siglo los restos de los veteranos de las Guerras de Independencia, vinculados a la provincia de Matanzas.
En las paredes del interior del templo, los nombres de coroneles, tenientes, capitanes, soldados y auxiliares se hayan grabados en las enormes tarjas de mármol. Al frente se alza un ángel de la libertad, debajo el sarcófago que resguarda la entrada al osario y lleva la palabra que resume todo:¡Inmortales!
Por largo tiempo la también considerada primera capilla octogonal de Cuba fue víctima del paso del tiempo y la dejadez. De a poco se aparta del estado deplorable en el que se encontraba con la remodelación realizada por la brigada artística MGF (Mármol y Granito Fonseca), perteneciente a la empresa proyectista Atrio.
Como parte de las acciones de restauración que se acometen, un equipo liderado por la Oficina del Conservador de la ciudad de Matanzas junto al reconocido investigador Ercilio Vento Canosa, también emprendió la exhumación de los restos de los mambises que participaron en las gestas de 1868 y 1895.
MIRAR ATRÁS
Al decir del doctor Ercilio Vento Canosa, historiador de la ciudad, el proyecto constructivo del cementerio es obra del arquitecto Pedro Celestino del Pandal, quien rompe con el estilo fúnebre del cementerio de Espada, este último marcado por alegorías a la muerte: citas de Job y matronas afligidas.
“Esta capilla rompió con todo eso, nunca tuvo una cruz encima, ni ornamento religioso. Un ángel no es precisamente una figura religiosa, proviene del griego angelus que significa mensajero. En la época de La República, durante la presidencia de Menocal, piden al gobierno que ceda el espacio para inhumar a los veteranos de las luchas y entonces se accede”, refiere el reconocido investigador.
El sitio fue dañado por un evento meteorológico, a ello se suma la depredación que sufrió su estructura y ha sido muy lento su rescate, fue necesaria la intervención de la Oficina del Conservador para retomar la conservación de la capilla y del camposanto en general.
“Desde 1916 hasta la fecha no se había hecho ninguna acción de recuperación de este tipo, algo necesario para darle a estos hombres el valor moral y ético que precisan. Siempre recuerdo la poesía de Villena “para vengar los muertos, que padecen ultraje”, hay que reconocer que lamentablemente estuvieron sufriendo no solo ultraje sino abandono, desidia”, declara Vento Canosa.
DEVOLVERLE A LA CAPILLA SU DIGNIDAD
La reparación de la capilla ya casi finalizada abarca desde el punto más alto de su cúpula hasta los portales octagonales. Según Ojito Fariñas, integrante de la Oficina del Conservador, debido al considerable deterioro del inmueble funerario y las indisciplinas sociales que allí sucedían también se intervino el nicho soterrado.
Miguel Ojito Fariñas
“Estamos hablando de alrededor de 200 restos de mambises que se mezclaron con escombros y agentes externos que cayeron dentro de la cripta. Algunos huesos están en cajas metálicas, hay que tener mucho cuidado con la manipulación y evitar cualquier corte, además predominan elementos dispersos”, comenta Ojito Fariñas.
Llega el momento de retirar los restos, encuentran una caja con una identificación, algunas solo con números, otras no dicen nada. Una especie de silencio inunda la sala, quizá porque se trata de llevar en las manos un montón de hazañas.
Todo el personal organiza de forma minuciosa los restos, para luego hacer un trabajo de selección hasta colocarlos en nuevas cajas fúnebres. El doctor Ercilio Vento señala que entre estos patriotas es posible que esté Carlos Manuel Trelles y Govín (1866-1951), el bibliógrafo más importante de Cuba.
“Esperaba el osario en peor estado, aunque desde luego el tiempo hace lo suyo, no tuvieron un cuidado particular. Este es un proceso largo, una de las cosas más complicadas es que hay cajas que contienen más de dos sujetos, lo que dificulta la posibilidad de individualizarlos, entonces se procede a clasificarlos por grupo racial, género y después la estimación de edad.
“Son soldados, gente de a pie, predomina un estado de salud que no es el mejor. El hueso es un libro abierto, en todos se nota el desgaste físico, hay elementos traumáticos como por ejemplo fracturas de peroné y de tibia, además se aprecia mala higiene bucal. Algunos huesos están deshaciéndose, otros mejor conservados, depende del sitio que ocupaban en la sepultura”, aclara el especialista en segundo grado en Medicina Legal.
Ercilio Vento Canosa
Tras un riguroso análisis el equipo reconoció a cinco individuos de filiación ancestral africana, el resto de filiación ancestral europoide. No encontraron ningún sujeto de ascendencia china aunque hubo presencia de esta población durante las contiendas.
Entre los principales hallazgos hasta el momento sobresale la identificación de los restos de la mambisa María de la Luz Noriega Hernández (¿?- 1901), quien recibió el grado de capitana del Ejército Libertador de manos del General Antonio Maceo y fue nombrada La Reina de Cuba por destreza como enfermera y soldado.
“Se halló el fémur y el cráneo de la combatiente, y comprobamos que se trataba de ella por sus características fisiológicas, pues en el panteón también estaba registrado el nombre de la Auxiliar Juana Valdés”, asegura el experto.
RESCATE EN LA MEMORIA
Las labores de rescate permitirán reinaugurar la capilla como obra de restauración el próximo 23 de febrero en saludo al 24 de febrero, fecha en que se reinició la lucha contra el colonialismo español y tendrá lugar el referendo constitucional.
Según Leonel Pérez Orozco, Conservador de la Ciudad, se prevee un acto de reafirmación constitucional en el panteón. “Los representantes de la sociedad podrán rendir guardia de honor a los patriotas y luego comenzará la inhumación de los restos con una ceremonia militar, en la cual se dispararán salvas de artillería”.
“La historia es el único baluarte que nunca caduca, permite defender al país. Hoy recurrimos a la conservación del patrimonio, para desde nuestro esfuerzo apoyar y darle continuidad a la Revolución que comenzó en 1868", señala Ojito Fariñas.
La idea de la Oficina del Conservador de dignificar este lugar impulsa una labor educativa y abre el camino a nuevos estudios antropológicos que aportarán a la identidad nacional.




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