Tomarle el pulso a una enfermedad silenciosa


Por su alta prevalencia la Hipertensión Arterial (HTA) se ha convertido en un marcado problema de salud a nivel mundial. La mayor de las Antillas no está ajena a este fenómeno, expertos estiman que casi un tercio de la población cubana por encima de 18 años padece esta dolencia.

En el caso de la provincia de Matanzas existen 180 000 hipertensos de una población conformada por más de 700 000 habitantes, según se conoció en el décimo octavo Taller Provincial de Hipertensión Arterial, que sesionó en el Hospital Provincial Comandante Faustino Pérez.

Sin embargo, Fernando Achiong Estupiñán, especialista del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología, alerta que cada año hay nuevos hipertensos sin diagnosticar y gran parte de los que conocen su condición no mantienen el tratamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la HTA es el factor de riesgo más importante que incide en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, al provocar infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal crónica.

Ello se demostró en la investigación realizada sobre el impacto de la HTA en el riesgo asociado a la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, efectuado con la colaboración del Instituto de Cardiología y la Universidad de Oxford y publicado en la revista The Lancet Public Health, a principios de 2019.

Matanzas formó parte del estudio prospectivo de 150 000 personas, además de Pinar del Río, La Habana y Camagüey. En el cual se dio seguimiento a los hipertensos durante un periodo de 10 años.

De acuerdo con Achiong Estupiñán se comprobó que mientras más edad, mayor riesgo atribuible a la HTA, y con el tiempo incrementan los retos, pues según datos demográficos para 2030 casi un 30 por ciento de la población sobrepasará los 60 años.

Detalla que la HTA de forma directa y las complicaciones derivadas fueron la causa de 2 469 defunciones en la provincia en 2018, cifra que representa el 35 por ciento del total.

LUCHAR CONTRA LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL

La hipertensión es silenciosa, rara vez provoca síntomas. Se caracteriza por el aumento sostenido de la cifra de tensión sistólica (máxima) igual o superior a 140 milímetros de mercurio (mm Hg) y la tensión diastólica (mínima) igual o superior a 90 mm Hg.




El médico y enfermera de la familia desempeñan un rol fundamental en el diagnóstico de la HTA. La única forma de detectarla es con la toma de la presión arterial, insiste el especialista. “El ejercicio físico, prácticas como fumar o tomar café influyen en la variabilidad del resultado, por eso 30 minutos antes se deben evitar estas actividades, es preciso reposar cinco minutos y luego proceder con dos lecturas, si existen diferencias, sacar una tercera y hacer un promedio”.

Según los muestreos existe una brecha entre el número de hipertensos, quienes cumplen el tratamiento y los controlados, solo un 30 por ciento alcanza esto último.

“En consulta cuando preguntas al paciente hipertenso si padece alguna enfermedad, con frecuencia lo niega. Insistes, ¿Usted es hipertenso? y responde ¡Ah sí, lo soy! A pesar de ser un padecimiento letal, gran parte de la población no lo ve así”, afirma el doctor José Alberto Afonso de León, presidente de la Comisión Técnica Asesora Provincial de Hipertensión Arterial.

Precisa que el tratamiento no debe abandonarse simplemente porque no se observan síntomas y detalla que puede ser farmacológico y no farmacológico, el último muchas veces se incumple, porque cambiar el estilo de vida se vuelve más complejo: comer sin sal, mantener una dieta balanceada, hacer ejercicios, evitar el consumo de tabaco y el uso nocivo del alcohol, entre otros.

El especialista en Medicina Interna comenta que los niveles de presión son decisivos para el funcionamiento del corazón, el cerebro y los riñones. “De no controlarse provoca daños a largo plazo, y se convertiría en una enfermedad de órganos diana”.

El apego a la Guía Cubana de Diagnóstico, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial 2017, cualitativamente superior a las anteriores, debe constituir una prioridad de las instituciones médicas y la población en general.


Según trascendió en el taller se debe cumplir la búsqueda activa de los casos de hipertensos, realizar el adecuado examen físico en consulta y retomar métodos como el fondo de ojo, práctica imprescindible para detectar la hipertensión maligna. Además el hipertenso debe remitirse a un especialista cuando la repercusión en los órganos ha sido significativa.


Afonso de León añade que es recomendable el autocontrol de la presión arterial en el domicilio, “cuando el paciente lo cumple se hace más responsable de su tratamiento. Además debe tomar autoconciencia y mantener un seguimiento de su enfermedad”.

Aunque la HTA no es curable, se puede luchar contra ella. “Es multifactorial, tiene componente hereditario, genético y ambiental, pero si se lleva un estilo de vida saludable y se controlan enfermedades asociadas se puede retrasar el comienzo de la enfermedad o al menos evitar mayores riesgos”, insiste.
 
DESDE EL CARLOS VERDUGO: UN BUEN EJEMPLO

El policlínico Carlos Verdugo, de la ciudad de Matanzas, se distingue por el trabajo directo con la comunidad con el objetivo de introducir desde edades tempranas cambios en el estilo de vida y así modificar factores de riesgo para el control de la hipertensión arterial y las complicaciones secundarias.

En 2016 la prevalencia de personas hipertensas en la institución médica se encontraba por encima de la media nacional y existía un elevado índice de obesidad, sedentarismo e hiperlipidemia.

Ante esta situación la puesta en práctica del proyecto de reducción de riesgo cardiovascular a través del control de la HTA, patrocinado por la Organización Panamericana de la Salud y el Ministerio de Salud Pública, aportó múltiples beneficios.

La doctora Yamilé Toledo Domínguez, metodóloga docente, afirma que la primera etapa se centró en la capacitación del personal, pues se organizaron cursos dirigidos a aumentar el conocimiento de los médicos sobre el control adecuado de la HTA, la toma de la presión arterial y la estratificación del riesgo de pacientes.

Menciona la confección de un algoritmo para llegar a un diagnóstico certero, la estandarización del tratamiento y el seguimiento de estos pacientes, como elementos claves en pos de reducir el número de casos o evitar complicaciones.

Las acciones de prevención y promoción de salud en diferentes escenarios también son fundamentales. Mediante afiches y plegables relacionados con los factores de riesgo modificables, el colectivo del policlínico aconseja cómo mantenerse saludable.

Pero el vínculo con la gente de a pie no se limita a eso. “En los círculos infantiles y escuelas hemos creado pequeños promotores que llevan a sus familias buenos hábitos. Socializamos con personas de la tercera edad y contamos con el apoyo de estudiantes de medicina, la población que participa en el proyecto se integra y comprende la necesidad de luchar contra la HTA”.

Destaca el rol del mercado El Bosque, donde venden productos saludables con sistematicidad, y se refiere a restaurantes estatales y particulares como Mi casita y La casona, que ofertan cartas para hipertensos, baja en sal, grasas y rica en vegetales.

“El trabajo del personal del Carlos Verdugo ha logrado disminuir los casos de urgencias y emergencias de HTA, las complicaciones así como mantener el control de pacientes en el área”, afirma.

Aunque se generalizó el proyecto en los diferentes centros de atención primaria con el fin de lograr la intersectorialidad, aún resta mucho por hacer sobre todo en materia de prevención, diagnóstico y el manejo de la propuesta de tratamiento estandarizado de la presión arterial.

La hipertensión es un signo de alerta importante, depende de todos prevenirla y descubrirla a tiempo. La provincia dispone de sistemas y servicios para hacer frente al enemigo silencioso, entonces urge aprovechar los mecanismos existentes para fomentar la sensibilización pública, así como la detección temprana, tratamiento y control. 


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