Aprender a curar una ciudad



La Escuela Taller Daniel Dall'aglio, inaugurada este lunes en la ciudad de Matanzas, tiene como objetivo formar jóvenes en las especialidades de albañilería, carpintería, restauración general, cerámica, herrería, hojalatería y arqueología histórica.

La calle Jovellanos entre Milanés y Contreras ahora tiene su propio encanto. Una escuela reluciente, que gracias a la restauración ya no es la misma de antes, recibe bien temprano en la mañana a los alumnos, quienes la ven con otros ojos y pretenden compensarle ese nuevo rumbo que le ha dado a sus vidas.

La mayoría de ellos no sobrepasa los 20 años de edad y aceptó un reto que cualquier adulto llegaría a pensar dos y hasta tres veces antes de dar el primer paso: aprender los antiguos oficios vinculados a la restauración del patrimonio en Matanzas, la ciudad neoclásica por excelencia de Cuba.

Al fin la pieza clave que faltaba al plan de reanimación y conservación en la Atenas de Cuba deja de ser un viejo sueño. La Escuela Taller y de Oficios Daniel Dall'aglio, adscrita a la Oficina del Conservador de la ciudad de Matanzas, fue inaugurada con el nuevo curso escolar 2019-2020.

La nueva institución acoge a un total de 113 jóvenes, quienes se forman como obreros calificados en varias especialidades, entre ellas albañilería, carpintería, restauración general, cerámica, herrería, hojalatería y arqueología histórica.

DESCIFRAR EL MENSAJE
Bien podría considerarse un mensaje de buena suerte. El Historiador de la Ciudad, Doctor Eusebio Leal Spengler vuelve a acompañar a la ciudad de los ríos y puentes en una misiva leída durante el acto de apertura, en la cual afirma que “los jóvenes recibirán, seguramente, toda la herencia cultural de Matanzas”.

José Dencás Galbán, director de la escuela, destaca la voluntad del gobierno y el partido, del proyectista Ramón Recondo y los trabajadores de la cooperativa no agropecuaria Cabildo en pos de impulsar la restauración del edificio docente, que fuera la antigua escuela La Milagrosa en el siglo XIX.

También fue decisivo el apoyo del colectivo para comenzar de inmediato las clases, tras finalizar la primera etapa de la obra, mientras la segunda etapa, que incluye la construcción de otros talleres, pretende ejecutarse próximamente.

El artista restaurador Miguel Ojito Fariñas, subdirector de Enseñanza Práctica y quien ha estado inmerso en importantes labores encabezadas por la Oficina del Conservador, destaca la oportunidad de transmitir sus experiencias y fomentar el cuidado y amor hacia la localidad en las nuevas generaciones.




Gran parte de los matriculados en el nuevo centro encuentran allí la posibilidad de retomar los estudios, encontrar una nueva fuente de empleo y de continuar estudios en el Instituto Superior de Arte o en el Colegio Universitario de San Gerónimo, de La Habana.

“Llevo mucho tiempo esperando este momento porque me interesa el futuro de mi ciudad. Soy graduada en Construcción Civil y quiero adquirir las herramientas para conservar mejor lo valioso de Matanzas”, comenta Anilemis Silvosa Torres, estudiante de Restauración General.

Por otro lado Karla Labrada Rodríguez, de 19 años de edad, se muestra ansiosa por adentrarse en la cerámica. “En un futuro sueño con ser artista, nos dan la opción de aspirar a la universidad y eso es lo que quiero, seguir superándome en esa materia”.

LA CASA A CUESTAS

En el acto inaugural, Juan Carlos Pérez Botello, director de la red de escuelas taller de Cuba, expresó que el inicio del curso en un inmueble restaurado es un importante punto de partida, pues brinda nuevas condiciones y un ambiente agradable para el claustro de profesores y el estudiantado.

El experto aclara que el principio de trabajo de la escuela está basado en un programa teórico y una parte práctica, esta última determina la aplicación de los conocimientos según las particularidades del patrimonio local.

“La Escuela Taller de Matanzas defiende el concepto de escuela caracol, no es solo un simple lugar, implica también movilidad total porque llevamos la casa a cuestas al actuar directamente en las obras del Plan Maestro, donde de verdad los operarios, profesores y alumnos aprenden el oficio”, agrega Pérez Botello.

El personal cuenta con los materiales necesarios y en breve recibirá una moderna carpintería donada por el Instituto Italo-Latinoamericano. Solo falta que el equipo se sume al engranaje creado sin trabas para que la urbe tricentenaria retome sus encantos, no por suerte de magia, sino por su gente.

La Escuela Taller y de Oficios Daniel Dall'aglio, enclavada en el Centro Histórico de la urbe yumurina, constituye la sexta de su tipo en el país, conjuntamente con las de La Habana, Trinidad, Camagüey, Santiago de Cuba y Cienfuegos.

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