Los pasos de Erika



El día pactado llegué con unos minutos a mi favor al Centro de Atención al Neurodesarrollo Rosa Luxemburgo, de Cárdenas. Sentada en la sala principal miraba hacia la puerta, por si ella aparecía y no lo percibía. ¿Esperas a alguien?- me preguntó una doctora- y cuando le mencioné el nombre de Erika, me respondió que en cuanto llegara yo lo notaría de inmediato, porque “la alegría de esa niña es contagiosa”.

Mientras corría el tiempo lo observaba todo, allí no hay cabida para el aburrimiento, uno suele distraerse entre el juego de los muchachos que “sacan de quicio” a sus padres y las ocurrencias del médico, el rehabilitador o la enfermera, que sacan de pronto una carcajada a los pequeños. Parece una fiesta.

En medio de ese mundo alcancé a verla. Los pasos de la joven madre Danay, impulsan a Erika Pérez Rodríguez en un sillón de ruedas. La adolescente de 14 años, tiene una mirada tierna y lleva un vestido color rosa, se le ilumina el rostro apenas la saludan y devuelve el gesto con una voz pausada y frases dulces o avispadas, como quien conoce el efecto de cada palabra.

Luego nos encontramos, creo que no necesitaba presentarme, ella ya sabía que quería entrevistarla y estaba más que lista, pero de todas formas procedí al protocolo y avanzamos a un pequeño local para conversar, en busca de una historia de amor, cinco años después de una tragedia.

Danay cuenta que su hija sufrió un traumatismo craneoencefálico a los 9 años de edad, producto de un accidente de tránsito. La familia guarda las imágenes de su estado cuando fue hospitalizada en Matanzas y La Habana, recuerdos que nunca ha tenido el valor de volver a ver.

“Vivíamos en Colón y al orientarle rehabilitación nos mudamos a Cárdenas. El pronóstico de vida era de un año, no tenía agarre de la mano izquierda, con limitación de todos los movimientos sobre todo en el hemicuerpo derecho, sin control cefálico, no hablaba, ni masticaba, ni tragaba, y tenía una gastrectomía”.

Con la misma ingenuidad de un niño, Erika interrumpe el diálogo rígido de los adultos, dice: Mamá, yo hablo de todo. La refutación no hizo más que despertar risas pícaras, en su vida no hay espacio para la tristeza. Entonces, noto que está ansiosa por demostrar cuánto ha aprendido, por eso, rompo el hielo y le doy por la vena del gusto: Háblame de tu familia.

Me confiesa que quiere mucho a su mamá, que tiene una hermanita de siete años que es “la candelita”, un hermano “alto y lindo” que estudia en la Universidad y un papá “maravilloso”. Toma el celular en la mano izquierda y me muestra orgullosa las fotos de su cumpleaños más reciente, allí están todos reunidos.

-Luces muy bonita ahí- le digo y confirmo mi sospecha, la secuencia de imágenes indica que es una muchacha presumida.
Poco a poco me convierto en espía del mundo de Erika. Descifro cada detalle: Dice lo que piensa, elige la ropa que se pondrá según el estilo y el color preferidos, le encanta usar gafas y se “baña en perfume” para salir. Ya entiendo… quizás la indecisión y la vanidad, propias de los adolescentes, la hicieron demorarse en llegar a la cita de hoy.

Me interesa saber cómo se desenvuelve en casa, no la imagino de brazos cruzados. Me explica que a veces es un poco malcriada, pero ayuda: come sola, escoge los frijoles, dobla la ropa lavada, está pendiente hasta del agua del tanque cuando se bota.

En ese diálogo sincero voy atando cabos, comprendo que ella quiere conquistar la independencia y en tal empeño ha ganado muchos amigos. A lo mejor me incluye en la larga lista que encabeza El Guille, su rehabilitador, Leidys, su manicura, Kevin, un niño pequeñito, y los demás médicos del centro.

Quienes la conocen reciben una lección de voluntad, pues vuelve a aprender todo lo que una vez supo hacer con unas ganas inmensas. Su mamá siempre está a su lado y su hermana le lee la prosa y los versos de José Martí y le enseña los números. Pronto tendrá una maestra y eso la alienta.

Prende una canción en el celular, y sin proponérselo, le aporta a la entrevista un fondo musical, me convierto en blanco de sus preguntas y trato de retomar las riendas de la conversación.

-¿Qué quieres hacer en un futuro? - le digo.

-Caminar en serio- responde y agrega que es lo único que le falta para ser completamente feliz.


Sabe que para lograr ese objetivo debe esforzarse aún más, por eso al concluir el diálogo se incorpora a los ejercicios orientados con el rehabilitador psicomotor. Todas las mañanas se traslada en un coche hacia el centro y mantiene esa rutina, en las tardes practica en barras paralelas instaladas en su hogar.

-Erika es una niña hecha a mano prácticamente. Llegó el 20 de agosto de 2015 en estado vegetativo. Empezó la rehabilitación primero en Logofoniatría, para enseñar la técnica de masticación, y siguió la rehabilitación constante en el resto de las especialidades: terapia física con un técnico fijo, terapia ocupacional, logopedia y foniatría, psicología…

-La mejoría se debe al trabajo del equipo multidisciplinario que mediante la estimulación y habilitación lograron que las áreas del cerebro, no dañadas o menos dañadas, aprendieran funciones a las que no estaban predestinadas. Hemos atendido varios niños que han salido a la vida funcional, pocos tan severos como ella.

-Cuando la vimos por primera vez no pensamos que fuera a evolucionar así. Hoy es capaz de estar en la realidad. Aspiramos a que logre la marcha, vincularla a los adolescentes y enseñarle labores para incorporarla a la sociedad-, expone el doctor Jorge Pedro Rodríguez Fernández, a cargo del centro.


La vida suele dar golpes fuertes, pero la esperanza y el amor todo lo pueden. A Danay se le escapa una lágrima aunque Erika no entiende bien porqué, venció los pronósticos más adversos y celebrará los 15 años de su hija con los artífices de tanta felicidad, segura de que pronto Erika dará sus primeros pasos.

Comentarios

  1. Soy Richard, estoy aquí para testificar sobre un gran hombre herbolario que curó a mi esposa de cáncer de seno. Se llama Dr. Imoloa. Mi esposa sufrió este dolor durante 3 años, casi gasté todo lo que tenía, hasta que vi algunos testimonios en línea sobre cómo el Dr. Imoloa los curó de sus enfermedades, inmediatamente lo contacté. Luego me dijo lo que tenía que hacer antes de enviar la medicina herbal. Ojalá lo hiciera a través del servicio de mensajería de DHL, y nos instruyó sobre cómo aplicar o beber el medicamento durante dos semanas. y para mayor sorpresa antes de la tercera semana superior, mi esposa se sintió aliviada de todos los dolores, créeme, así fue como mi esposa fue curada del cáncer de seno por este gran hombre. También tiene una poderosa medicina herbal para curar enfermedades como: enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, cáncer vaginal, epilepsia, trastornos de ansiedad, enfermedad autoinmune, dolor de espalda, esguince de espalda, trastorno bipolar, tumor cerebral, malignos, bruxismo, bulimia, enfermedad de disco cervical, cardiovascular Enfermedades, neoplasias, enfermedades respiratorias crónicas, trastornos mentales y del comportamiento, fibrosis quística, hipertensión, diabetes, asma, artritis inflamatoria autoinmune. enfermedad renal crónica, enfermedad inflamatoria de las articulaciones, impotencia, espectro fetal de alcohol, trastorno distímico, eccema, tuberculosis, síndrome de fatiga crónica, estreñimiento, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad de lupus, úlcera bucal, cáncer de boca, dolor corporal, fiebre, hepatitis ABC, sífilis, diarrea, VIH / SIDA, enfermedad de Huntington, acné de espalda, insuficiencia renal crónica, enfermedad de Addison, dolor crónico, dolor de Crohn, fibrosis quística, fibromialgia, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad de las uñas por hongos, enfermedad de Lyme, enfermedad de Celia, linfoma, depresión mayor, malignos melanoma, manía, melorostostis, enfermedad de Meniere, mucopolisacaridosis, esclerosis múltiple, distrofia muscular, artritis reumatoide. Puede comunicarse con él Correo electrónico vía drimolaherbalmademedicine@gmail.com / whatsapp +2347081986098

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